jueves, 18 de septiembre de 2008

LAS BAJAS PASIONES

No puedo menos que preocuparme por algunas de las cosas que he oído esta semana. Probablemente lo que más intranquila me ha dejado han sido las palabras de Mariano Rajoy en relación al número de inmigrantes que cobran el paro mientras los andaluces tienen que ir a vendimiar a Francia.



Tras la polémica desatada, llegaron, como siempre las rectificaciones.


Pero a pesar de ello, sigo temiéndome que nuestros políticos han optado por llegar a los votantes de la peor manera posible, agitando sus más bajas pasiones.

Así, recurren (veladamente) a aquel discurso del: "vienen aquí a quitarnos el trabajo". Meten esa idea, sibilinamente, en las mentes de algunos o en el peor de los casos, alimentan en esas mentes un gremen que ya existía. Y después, prometen que ellos son la solución.

Aunque sin ser tan escandalosas, las declaraciones del ministro Corbacho sobre contrataciones en origen tienen la misma lógica, o por lo menos, similar.



Por eso, por el tufillo que desprendían, vino la vicepresi a poner orden...



Lo más grave de todo es que desde la clase política se alienten unos sentimientos que, de írseles de las manos (lo cual es muy probable) pueden desencadenar una oleada de racismo peligrosa. Quizá desde sus barrios y sus posiciones no se den cuenta, pero en los barrios obreros podría resultar un gravísimo problema los enfrentamientos por estas cuestiones. Y hay varios ejemplos de lo que ocurre cuando el político acude a este tipo de discurso (no hay más que ver la escalada xenófoba que sufre Italia)

Por favor, modérense señores. O casos como éste surgirán como setas

1 comentario:

Lucía Sicre dijo...

A mi me da la impresión de que los políticos no son los que fomentan el racismo: se aprovechan de su existencia y lo usan como arma electoral. De todos modos yo no llamaría racismo a lo que ocurre en España. Yo creo que existe rechazo hacia los inmigrantes porque son cada vez más, y porque cada vez hay más situaciones reales y cercanas de españoles perjudicados que obtienen menos ayudas del Estado que personas de fuera del país. A mi modo de ver, criticar eso no es racismo, ni significa ser de derechas, ni ser un facha. Significa reivindicar lo que te corresponde por pagar una candidad brutal de impuestos durante toda tu vida. En mi opinión, aunque quede feo decirlo en público, Rajoy no ha dicho nada que no piensen millones de españoles. Incluidos los que van de progres.